El cierre de las exportaciones de la carne vacuna tiene en vilo al campo y especialmente al sector ganadero. Marcelo Delfino, productor ganadero y avezado en la materia, ofrece su mirada sobra la decisión del Gobierno Nacional y pone énfasis en los puntos en los que sí podría intervenir el Estado para regular la actividad y mejorar los precios, como en aquellos también que dependen de la producción y la industria.

EL ANÁLISIS DE LA MEDIDA

Es igual a la medida que se tomó en 2005 y a juzgar por los resultados de ese momento, pareciera que el Gobierno se vuelve a equivocar. A mi me llama la atención porque sé que el presidente Alberto Fernández es una persona equilibrada, moderada, tan moderado es que en su momento le costó la salida del Gobierno cuando fue el conflicto de la 125.

Y ahora al ver que se toman las mismas medidas y se esperan los mismos resultados, por lo menos sorprende.

Pretender controlar los precios con una medida de este tipo es como querer combatir el Covid-19 con un paracetamol, es mas o menos lo mismo. Los precios en definitiva son la resultante de un problema mayor que tiene que ver con la baja producción.

El cierre de las exportaciones en relación a lo que se produce y se exporta, no colabora en nada con la baja de los precios.

LOS DATOS DE LA EXPORTACIÓN

Argentina faena por año 14 millones de vacunos. Ello representa una producción anual de 3200 Tns equivalente res con hueso. Solo se exporta 800 mil tons equivalente res con hueso, lo que representa el 26 % de la producción total. El resto va al consumo interno. Esto demuestra que no hay ninguna posibilidad de que el cierre de las exportaciones haga bajar los precios de la carne destinada al consumo.

Por otra parte, de las 800 mil toneladas de carne el 75 % se destinan a la Rep. Popular China y se componen de vacas de desecho, conserva y manufactura que el consumidor argentino no come. Las exportaciones de carne y menudencias vacunas del 2020, representaron un ingreso para el país de 3200 millones de dólares

Argentina tiene uno de los consumos de proteína animal por persona más altos del mundo (118 Kgs/persona/año). Esta se compone de 70 Kgs de carne vacuna, 30 de pollo y 18 de cerdo. Está claro, que la situación económica de la población hará que, de a poco, se cambien los hábitos de consumo y nos acerquemos más al del resto de los países de Sudamérica. Por otra parte, en Europa los consumos de proteína animal por año, por habitante, son sensiblemente menores y su composición distinta. En efecto, la carne de cerdo es la más consumida, luego la de pollo y finalmente la bovina.

UNA MIRADA DE LA PRODUCCIÓN Y LA INDUSTRIA

No hace falta mirar más que la realidad para darse cuenta que es una medida equivocada. Creo que la cadena de carne, que incluye a todos los eslabones, tiene mucho para hacer y el haber llegado a este precio es consecuencia de muchos factores, no uno solo, son múltiples.

Por ejemplo, los productores argentinos tienen un índice de deteste del 62%, eso está por debajo de Brasil, Uruguay y Paraguay, eso significa que la gente de campo tiene mucho trabajo por hacer.

Si vamos a la industria, en Argentina hay 532 frigoríficos operando con todas las habilitaciones nacionales, provinciales y municipales, sin embargo, hay mucha marginalidad. Hace poco tiempo asumió Luciano Zarich en la Dirección de Control Comercial Agropecuario y detectó que hay 15 frigoríficos que están exportando carne a China que no estaban habilitados para exportar. Me parece que el Estado, los frigoríficos y el campo son, de alguna manera en cierta medida, culpables para que en Argentina la oferta de carne sea insuficiente.

El problema de la carne en Argentina se va a resolver cuando aumente la oferta y está muy claro que hay que hacer para que eso suceda. Yo no creo en el libre mercado, pero no es lógico que intervenga en algo que se determina por la oferta y la demanda. Pero sí dentro de la misma cadena hay eslabones en los que se puede intervenir.

Y hay que salir del engorde a campo, hay que encerrar la hacienda. Fijate que toda la discusión se centra en si hay 48 o 50 millones de cabezas, y en realidad es parte del problema. Si los tenes a campo engordan 700 gramos por día, si los encerras aumentan 1,200 kilogramos por día, con los mismos activos fijos y los mismos activos de capital, se puede producir el doble.

El problema en Argentina es de producción carne, no del stock que hay. En síntesis, deberes para hacer hay en todos los eslabones de la cadena. A mi me llama la atención, que siendo tan fácil y tan claro lo que hay que hacer, pasan los años, no se hacen las cosas y hoy están los mismos actores haciéndose las mismas preguntas de hace 20 años atrás.

 

LOS NEGOCIOS DENTRO DEL MERCADO

Cuando se habla de la industria de la carne, solo se piensa en la carne, sin embargo, el cuero es un negocio en sí mismo, las menudencias son un negocio en sí mismo, el cebo y el hueso también lo son. Es más, son más importantes y hasta rentables que la carne misma. Sin embargo, son mercados que tienen dos o tres operadores que se ponen de acuerdo y obviamente bajan los precios. Todos los frigoríficos están cautivos de esas empresas y al no poder mejorar los precios eso baja los costos. El estado debiera intervenir en eso, es necesario. También hay un montón de operadores marginales que no pagan ningún impuesto.

LOS CONTROLES DE CALIDAD

Tenemos que lograr que se aplique la Ley Federal de Carne, del año 1974, para que las plantas tengan un status sanitario único, no puede ser que los frigoríficos exportadores tengan manuales de buenas prácticas de manufactura con exigencias altísimas para los consumidores europeos y las plantas que tienen habilitación provincial no cumplan con nada de eso, porque eso genera inequidades y es subestimar al consumidor argentino. ¿Por qué cuidamos al extranjero y no al argentino?

LA COMPARACIÓN CON OTRAS PRODUCCIONES

Saliendo de la carne, te llevo a otro ejemplo. Nosotros también somos distribuidores de alimentos secos, y el otro día me puse a analizar el precio de la yerba Playadito en los últimos diez años y descubrí que aumentó el 188% anual. El 12 de septiembre de 2012 hice la primera compra y pagué 16 pesos con 20 centavos el kilo, hoy vale 260 pesos. Entonces yo pregunto, ¿se cerraron las exportaciones de yerba porque el precio creció un 188% anual? Eso no sucedió.

LA CONCLUSIÓN FINAL

Para mi hay falta de conocimiento, o por ahí no se le pregunta a la gente que sabe, pero, además, permitime decirlo, creo que también hay algún componente ideológico. Si no este cierre no tiene sentido